EL VAGON AMARILLO

sábado, 7 de marzo de 2015

Desde el otro lado


La biblioteca estaba en paz, atravesando, aletargada, el cristal vaporoso del mediodía. Yo caminaba entre los estantes como si recorriera las calles de una ciudad conocida, pero al cabo siempre recóndita. De vez en cuando hojeaba un libro o pasaba de largo leyendo al vuelo la interminable sucesión de títulos y nombres de autores.
  Distraídamente, tomé cualquier libro al azar y miré la carátula. Ahora no recuerdo sino su color: un azul muy claro, aunque brillante. Sin ser un ejemplar precisamente viejo, estaba bastante carcomido por las polillas. Lo tomé en una mano y lo alcé hasta ponerlo contra la luz del ventanal. Nunca se me había ocurrido mirar por uno de los orificios que abren esos insectos cuando deciden atravesar rectamente tanto cien páginas como mil.
  Pero bajé de golpe el libro como si me hubiera herido un ojo.
  Más allá del agujero, y más allá del ventanal, vi lo que usualmente es visible desde aquel rincón de aquella biblioteca pública: un pedazo cualquiera de la ancha avenida desolada bajo el sol del mediodía.
  De nuevo alcé el libro contra el resplandor del ventanal y miré por el ínfimo orificio, como buscando que se repitiera mi sobresalto. Que se repitió. Cada vez que me asomaba a la boca de ese túnel insignificante cavado al azar, tenía la sensación de que sorprendía una furtiva mirada que, en ese preciso instante, trataba de atrapar la mía desde el otro lado.
  Aunque era una impresión harto absurda, yo la sentía tan vivamente que sólo se me ocurrió susurrar algo así como una plegaria muy breve, y no menos absurda, antes de colocar el libro en su sitio e irme de allí, aun a sabiendas de que en la avenida, como una mano ardiendo de fiebre, me aguardaba aquel mediodía de verano.


Ernesto Santana, 
del libro “Cuando cruces los blancos archipiélagos”.

1 comentario:

  1. Señor Santana … llevo mensaje de Sheilah que quiere saber cómo ponerse en contacto con Ud. Si me podría dar la información, se lo paso a ella. Yo soy un estudiante suyo que ahora está en Barcelona. Muchas gracias.

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