Las memorias de los cuatro meses que antecedieron a la ruptura total de Cabrera Infante con el régimen cubano
Por Ernesto Santana Zaldívar
LA
HABANA, Cuba. – Hace cincuenta años, en el verano de 1965, ocurrió uno
de los períodos más difíciles y extraños de la vida de Guillermo Cabrera
Infante: los cuatro meses que pasó en La Habana, atrapado en una
situación kafkiana y realmente peligrosa, luego de que, habiendo venido
al entierro de su madre, se le prohíbe regresar a Bruselas, donde
trabajaba como diplomático.